Alta-Divina Sociedad: El 92

Día 29 de abril. Estaba arriba del 92 volviendo de La Biblioteca Nacional (donde Eduardo Galeano junto a Arnold Antonin, Franz Voltaire y Rodolfo Mattarolo hablaron y debatieron sobre la actualidad de Haití), sentado en esos asientos modernos de los colectivos de hoy que enfrentan a los asientos tradicionales, de espaldas al conductor y de frente hacia los demas pasajeros sentados. Iba mirando por la ventanilla, pensando en llegar y sentarme frente a la pc a escuchar música tranquilo, comer algo que satisfaga el hambre que me azotaba el estómago y tal vez mirar algo interesante en el televisor.Hasta que suben tres chicas de mi edad y se sientan al lado mío, quedando yo indirectamente en su conversación de mujeres.
No sabía los nombres, pero la que se sentó al lado mío era la más hermosa de las tres y llevaba puesto un jean azul, una campera violeta y unas zapatillas blancas.
La charla era de un contenido poco interesante, donde tocaban temas de moda, trabajo, etc (tal vez para nosotros, queridos hombres, no sea tan interesante como si lo es en nuestro mundo el Fútbol).
Hasta que hablaron de amoríos y de hombres. La charla hasta en ese momento no presentaba ninguna llamada de atención o algo significativo: La chica que estaba a mi lado deseaba fervorosamente tener un novio, un hombre al lado que esté con ella y todos los argumentos que usted pueda imaginar al estilo Romeo y Julieta o una obra de teatro que retrate el amor y la pasión.
Pero luego de tanto guión de cine y tanto romanticismo, todo ese nido de amor que ella creaba con sus palabras voló hacia una hoguera. Luego de rogar a Dios tener a alguien al lado suyo dió sus motivos. Y estó fue lo que mi memoria rescató de aquella noche:

Yo quiero un hombre, un novio que esté al lado mío siempre. Que me cuide, que me quiera y me haga mimos. Que esté junto a mí.
Pero lo quiero también y por sobretodo, para que me cocine, lave la ropa, trabaje y mantenga toda la casa.
(Dirigiendose a su amiga) ¡¡No sé cocinar ni un paty, ni usar el lavarropas!! ¡¡No se hace nada!! Lamentablemente no se hacer nada de esas cosas. Y la verdad que quiero a un hombre que me haga las cosas fáciles. Total, si tengo uno que trabaje, gane bien: ¿Qué más voy a necesitar?
ESE ES MI OBJETIVO EN LA VIDA.

Ahora hago una aclaración: Las palabras EXACTAS no me las acuerdo al cien por cien, pero estas fueron las que me acuerdo, se emplearon y, de paso, suprimí las malas palabras y adjetivos calificativos como ¡BOLUDA! Esta es la idea en general de esa charla.
Luego de escuchar semejante discurso de rosas devenido en uno nefasto, se me vinieron a la mente tres tipo de mujeres:

• Mi Abuela: Una mujer LABURADORA con todas las letras. Está jubilada y sigue ejerciendo hace años su profesión de dentista. Una mina que te puede hablar de cualquier cosa, que se mantiene sola (Es viuda hace años y cocina muy bien al caso), que cuida a los demás y es una de las mejores personas que conocí en mi vida. Creo yo, EL EJEMPLO DE MUJER Y PERSONA A SEGUIR.
• Mi Madre: Una mujer Inteligente. Labura y ejerce su profesión de periodista. También se puede hablar con ella de muchisimos temas y hasta debatir sin caer en la discusión violenta y sin sentido. Sabe cocinar (y lo hace variado) y se mantiene a ella sola, a vero y a mí.
• Mi hermana: Una mujer Independiente, pero Rebuscada. Se puede hablar con ella de ciertos temas y según su momento. Sabe cocinar lo básico y más, siempre se las ingenia. Se mantiene sola en cierta forma, ya que todavía es menor, pero eso no quita una de sus características que es ser independiente. Es una gran persona, pero solo cuando quiere mostrarlo y es natural. SI QUIERE, PUEDE LLEGAR LEJOS. DE GRAN INTELIGENCIA (como su madre)
  

Luego de bajarme en Guardia Vieja y Bulnes y caminar hasta mi casa, entre a pensar y pensar sobre lo que paso.
Un grupo de mujeres jóvenes, de entre 19 a 23 años deseando una vida fácil estando en la plenitud de la vida.

¿Dónde quedó el valor para superarse a uno mismo?
¿Perdido quedó el desafío de querer cumplir nuestras metas y sueños?
¿El intento de amor como una necesidad básica de subsistencia?

Curiosamente buscando información, para agregar algo más a esta primera columna, el 92 (el colectivo al cual estabamos subidos) significa EL MÉDICO.
Sí, una carrera TOTALMENTE SACRIFICADA que necesita de tiempo, paciencia y dedicación, ya que dura muchos años. Del médico puede depender, hasta incluso, la vida de uno.
Son muchas las preguntas que se dibujaron en mi mente, pero tal parece que para muchos la tentanción del "CAMINO FÁCIL" es la vía para conseguir todo de una manera "vacía", y así llegar a la MEDIOCRIDAD.
Gracias a Dios que mis viejos y mi abuela me enseñaron que hay que romperse el alma para conseguir lo que uno quiere y no todo es tán fácil en la vida (a pesar de que, admito, tengo uno de los peores defectos: la vagancia).
Mientras caminaba por la iluminada noche de la capital de regreso a casa, estas mujeres seguían su charla de "Botineras" y mantenidas arriba del 92.
Me pregunto contra que tipo de muro se iran a chocar a corto o largo plazo, ya que soy partidario de que la suerte no dura para siempre.

NO a la MEDIOCRIDAD como AUTOPISTA hasta LAS METAS
SÍ al ESFUERZO como CAMINO hacia LOS SUEÑOS