A cincuenta años del caso Clutter
Holcomb: Recuerdo y luto
El 15 de noviembre de 1959, una familia fue asesinada en su casa a la madrugada por dos ladrones en un intento de robo y fueron condenados a la pena capital.
Se cumplen hoy -por el 15 de noviembre- 50 años del asesinato de una familia, en Holcomb, estado de Kansas, Estados Unidos. Los asesinos entraron a robar una supuesta caja fuerte, mataron a la familia y cumplieron la condena de pena de muerte 6 años después, en la prisión federal de Leavenworth, en Lansing.
Horas antes
El escenario del crimen fue la casa de los Clutter, un edificio de color blanco con dos plantas y un sótano, en la granja River Valley.
Cada integrante de la familia había tenido un día normal aquel 14 de noviembre de 1959 hasta llegada la medianoche: Nancy habló por teléfono, por la mañana, con su mejor amiga Susan Kidwell, enseñó a hacer una tarta de cerezas a Jolene (una niña de trece años) y, por la tarde, miró televisión junto a su familia y su novio Bobby Rupp.
Kenyon barnizó una cómoda de caoba forrada de cedro, asistió a la reunión 4-H junto a su padre y miró televisión junto a su familia y Rupp. En cambio, Bonnie cuidó de Jolene hasta que la madre la pasó a buscar y luego se encerró en su cuarto a leer.
Herbert Clutter salió a recorrer la granja, a la tarde firmó una póliza de seguro de vida por 40 mil dólares, asistió a la reunión del grupo 4-H y miró televisión junto a los demás.
Al día siguiente, Nancy Ewalt, junto a su padre Clarence Ewalt y Susan Kidwell, entraron a la casa de los Clutter, luego de que no atendieran la puerta después de sus reiteradas llamadas. Al entrar, encontraron un panorama desgarrador: Su amiga Nancy estaba muerta.
Inmediatamente, Clarence dejó a las niñas con su esposa, llamó al sheriff y junto con Larry Hendricks, profesor de Inglés del Colegio de Holcomb, fueron a la casa para investigar y encontraron a la familia muerta: Nancy y Bonnie tenían un tiro en la cabeza cada una, estaban atadas de pies y manos y en sus respectivas habitaciones del primer piso, con la diferencia que solo la madre estaba amordazada con cinta adhesiva. Ya en el sótano, encontraron a Kenyon y a Herbert, ambos con un tiro en el rostro y atados de pies, aunque solo el hijo menor tenía sus manos atadas y estaba amordazado, mientras que Herbert tenía un corte profundo en la garganta.
Investigación e interrogatorio
Alvin Adams Dewey, de 47 años, detective de la KBI (en inglés, Departamento de Investigaciones de Kansas) se hizo cargo del caso junto a los agentes especiales Harold Nye, Roy Church y Clarence Duntz.
El principal sospechoso era Bobby Rupp, quien fue el último en ver a la familia viva, pero quedó descartado por dar negativo en el detector de mentiras y declarar que a las diez y media decidió irse a su casa en su auto, que Nancy lo acompañó hasta la puerta y sintió que alguien estaba bajo los árboles esperando a que él se marchara. Pasaban los días, con pocas noticias y muchos rumores.
Pero en diciembre, Dewey recibió el llamado de Logan Sanford con la confesión de Floyd Wells, un recluso de la Penitenciaria de Kansas. En ella, Wells confirma que le confesó a su antiguo compañero de celda Richard Eugene Dick Hickock que trabajó para Herbert Clutter en 1949 como bracero, que los Clutter eran ricos, tenían una caja fuerte con 10 mil dólares detrás de la mesa del despacho de Herbert y desde aquel momento Hickock no paraba de hablar de cómo robar y asesinar a los Clutter junto a su amigo Perry Smith: los iba a atar y matar de un tiro a cada uno.
Con la confesión del recluso, las denuncias por los cheques falsos emitidos por Hickock y la orden de arresto por varios condados, logran arrestar a los sospechosos en Las Vegas el 30 de diciembre a las 17, mientras camino hacia allá, Dewey y sus hombres planeaban el interrogatorio de manera que el apellido Clutter fuera sorpresivo.
El sábado 2 de enero a las 14 en el Departamento de Investigación de la Prisión de Las Vegas, Nye y Church interrogaban a Hickock, mientras en otra sala contigua Dewey y Duntz hacían lo suyo con Smith. Al principio ambos negaron su participación en el asesinato, pero al día siguiente ambos se acusaron mutuamente. Perry confesó haber recibido una carta de Hickock con la invitación para dar el golpe y como se llevó a cabo: Recorrieron miles de kilómetros, en donde compraron las sogas, la cinta adhesiva y los guantes, en un Chevrolet negro hacia River Valley. Al llegar entraron por una puerta lateral que daba al despacho y buscaron la caja fuerte, pero al no encontrarla despertaron a Herbert y Dick le reclamó por la caja, pero el señor Clutter negó que hubiera una y confesó que acostumbraba a pagar con cheques. Mientras tanto, Smith cortaba los cables de los teléfonos con un cuchillo.
Luego de despertar a toda la familia, los encerraron en el baño con Hickock montando guardia en la puerta, mientras Smith verificaba por la casa si había dinero, pero al no hallarlo decidieron atar uno por uno a la familia: Kenyon y Herbert en el sótano, mientras Nancy y Bonnie en sus respectivos cuartos.
También confesó el intento de Dick por abusar sexualmente de Nancy, aunque pudo evitarlo. Bajaron al sótano donde estaba Herbert y Hickock intentó acuchillarlo, pero Clutter logró desatarse y ocasionó el susto del ladrón. Entonces Smith tomó la escopeta y le disparó al señor Clutter, siguió con Kenyon, luego a Nancy –quién suplicó por su vida- y finalmente Bonnie. Dick había tomado los cartuchos usados, los enterraron en una ruta secundaria junto con los guantes y, una semana después, se exiliaron en México.
Juicio Final
El juez Roland Tate presidió el juicio contra Smith y Hickock el 22 de marzo que contó con los testimonios de Susan Kidwell, Nancy y Clarence Ewalt, el sheriff Earl Robinson, el forense Robert Fenton, Floyd Wells y el fotógrafo Richard Rohleder. Fueron 40 minutos el tiempo que tardó el jurado en decidir la condena que aplicarían a los asesinos: Pena de muerte.
Hickock y Smith fueron trasladados a las Hileras de las Celdas de la muerte, ubicadas en la prisión federal de Leavenworth, en Lansing, y con fecha para el primer minuto del 13 de mayo, pero Hickock apeló la sentencia por tratarse de un juicio injusto y en donde sus abogados defensores no habían ofrecido verdadera defensa.
Los abogados fueron reemplazados y las fechas tentativas para la ejecución se fueron aplazando, hasta que el Tribunal Supremo de Kansas decretó la sentencia y muerte de los asesinos para el 14 de abril de 1965.
Hoy, las herederas de la póliza del seguro de vida de Herbert son Eveanna y Beverly Clutter, las únicas hijas que se salvaron de la muerte. Bobby Rupp está casado y Susan Kidwell estudia arte en la Universidad del Estado de Kansas, en Manhattan, mientras de vez en cuando va a Holcomb a visitar la tumba de su mejor amiga Nancy Clutter.
Los Asesinos
Perry Edward Smith nació el 27 de octubre de 1928 en Nevada, Estados Unidos. Su madre era Flo Buckskin, su padre Tex John Smith y ambos eran artistas profesionales de rodeo. A los 6, se mudó a San Francisco con sus tres hermanos y su madre, debido a que sus padres se separaron a causa de la adicción al alcohol por parte de Buckskin. Murió a los pocos meses por atragantarse en su propio vómito y sus hijos fueron mandados a un orfanato. Sus hermanos Fern y Jimmy se suicidaron, mientras su hermana Bárbara se casó, tuvo tres hijos y se mudó a San Francisco.
A los 17 años entró a la Marina Mercante y recibió una Estrella de Bronce por su labor como mecánico de combate en la Guerra de Corea, en el transcurso de la Guerra Fría. En 1952 sufrió un accidente con su moto cuando iba a reencontrarse con su padre, lo que lo dejó con un año de rehabilitación. En 1956 fue a la Penintenciaria de Kansas por robo y quedó en libertad bajo palabra en 1959.
Richard Eugene Dick Hickock nació el 6 de junio de 1931, en Kansas. Hijo de Walter Hickock y Eunice, se crió con su hermano menor y estaba dotado de una gran inteligencia. Luego de terminar el secundario, trabajó en el ferrocarril Santa Fe y después como mecánico, pero perdió dicho empleo a causa de un accidente automovilístico en 1950, que dejó el lado izquierdo de su cara mas bajo que el derecho. Era padre de tres hijos.
En 1956 fue a la Penintenciaria de Kansas por Fraude y Estafa por emisión de cheques sin fondos y quedó en libertad bajo palabra en 1959.
Los Asesinados
Herbert William Clutter tenía 48 años, era el dueño de la granja River Valley y Licenciado en Agricultura, título donde consiguió en la Universidad Estatal de Kansas. Ciudadano reconocido en Holcomb y Garden City, capital del condado de Finney Country, acostumbraba a pagar sus gastos con cheques en vez de efectivo. Encabezó el comité para la construcción de la nueva iglesia metodista y en esos momentos era presidente de la Confederación de Organizaciones Granjeras de Kansas. También fue miembro del Comité de Créditos Agrícolas, en Washington.
Se casó en 1934 con Bonnie Fox, una mujer tres años menor que él. A los 18 años ingresó en el Hospital de Santa Rosa de Greta Bend, en Kansas, para estudiar cursos de enfermería, pero dos años después dejó la carrera a causa de los dramas, los olores y la realidad de un hospital. Fox sufría de crisis nerviosas, por las cuales hace más de seis años era tratada por psiquiatras y, dos semanas antes de su muerte, le diagnosticaron que eran causadas por unas vértebras desplazadas en su columna, por lo cual debía ser operada para volver a la normalidad.
Nancy Clutter, de 16 años, era una de los hijos de la pareja y la niña mimada del pueblo. Era jefa de su curso en el colegio de Holcomb, una de las organizadoras del Programa de la Liga Metodista del club 4-H (en inglés significa Cabeza, Corazón, Manos y Salud) y asistía sus reuniones. También salía con Bobby Rupp, un chico un año mayor que ella.
Kenyon Clutter tenía 15 años. Era delgado, de pelo corto color cáñamo, usaba lentes y medía un metro ochenta. Era un chico sensible y reservado, lo que lo llevaba a ser poco sociable.
Algunas precisiones sobre el articulo.
ResponderBorrarQuien asesinó a Herbert Clutter fue Perry Smith y no Dick Hickock. Smith le corta la garganta y luego le dispara en la cabeza.
En realidad Perry Smith asesino a los cuatro Clutter.
Solo el dormitorio del señor Clutter se encontraba en el primer piso de la casa, el de su esposa Bonnie Clutter y los de sus hijos Nancy y Kenyon estaban en el segundo piso.
Si bien es cierto que el señor Clutter fue miembro del Comité de Créditos Agrícolas, el nunca estuvo en Washington.
En realidad Bobby Rupp, no dijo que el sintió que alguien estaba escondido esperando que se vaya. Lo que el declaró durante las investigaciones fue "Sólo ahora cuando lo pienso, creo que
alguien debía de estar por allí escondido. Quizás abajo, entre los árboles. Alguien que estaba
esperando a que yo me marchara".
Bobby no estuvo con los Clutter en la tarde de aquel sábado, el llega a las siete de la noche y se retira a las once. Nancy en su diario escribe, en su ultima anotación, "Vino Bobby, se fue a las once".
Basta leer la novela "A sangre fría" para saber estos detalles.
Saludos.