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lunes, 5 de marzo de 2012

El rival

El del jueves fue, quizás, una de las piezas discursivas más importantes y logradas en la historia oratoria argentina. Sin embargo, la alocución llevada acabo por la presidenta Cristina Fernández –a quien, por amor u odio, no se le puede negar su capacidad de dicción- dejó un nuevo (o no) escenario político. Más allá de los temas abarcados, fue ella quien bosquejó cómo será el largo trecho hasta 2015, incluyendo a su propio antagonista: Mauricio Macri.


Prediscurso o la síntesis de una relación distante

No hay novedad alguna en cuanto a la relación tirante entre el gobierno nacional y el porteño. En más de una ocasión, Macri se refirió a la presidenta como “la señora”. En el 2010, durante el acto que se realizó en la sede de Repsol-YPF con motivo del descubrimiento de un nuevo yacimiento de petróleo en Neuquén, Cristina Fernández retrucó sus dichos al saludarlo: "para que no digan que la presidenta no lo saluda, que la señora de enfrente no lo saluda. La señora de enfrente lo saluda". Sin embargo, no es esta la única vez que se cruzaron: en febrero, la mandataria nacional se refirió al jefe porteño como un “vetador serial”, mientras que el Vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, lo llamó “Capitán Veto”, en alusión a una canción de Luis Alberto Spinetta y a los casi cien vetos que lleva el ex presidente de Boca Juniors en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Hoy en día, el ring es el traspaso del subte. El Jefe de Gobierno porteño no es capaz de cumplir con el convenio que rubricó junto al Ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, Julio de Vido, el 3 de enero, alegando que no puede hacerse cargo porque en la Constitución de la Ciudad se informa que él mismo no puede firmar ningún contrato sin la aprobación de la Legislatura. Entonces ¿por qué firmó el contrato en el primer mes de este año? Si uno de los ejes del traspaso es la seguridad ¿a dónde se destinan los aportes de los porteños para la tan conocida y mediatizada Policía Metropolitana, que no puede hacerse cargo de la custodia del medio de trasporte público? Mucho ruido y pocas nueces para esta fuerza policial que tanta polémica generó, como por ejemplo, en la designación de Jorge “Fino” Palacios como su jefe, hoy procesado en la causa por espionaje y escuchas ilegales.


Postdiscurso o como inflar al adversario

Sumados todos los hechos anteriores, y tomando como referencia la alocución del viernes pasado, Cristina Fernández terminó por plantar y plantear que Mauricio Macri será su nuevo adversario de cara al 2015, al darle tanta relevancia e importancia en su discurso. Es el poder de centrarlo en su atención inmediata como el nuevo rival. Algo que, tal vez, ni el propio jefe porteño se esperaba.

Pero dicha estrategia contiene una carta bajo la manga: la protección propia. El juez Eugenio Zaffaroni sentenció que “cuando no hay oposición afuera, se genera desde adentro”. ¿No es más recomendable tener –o mostrar- visiblemente al rival de turno del lado de enfrente y así tratar puertas adentro cualquier indicio de ruptura, queja o alerta por parte de los propios? ¿Y si no hay rival, no es conveniente crearlo o, en su defecto, inflarlo? ¿Hay peor enemigo que uno mismo?

A la presidenta le conviene –y mucho- que su antagonista sea justamente Mauricio Macri por dos motivos: el líder del PRO, a pesar de su avanzada por distintas provincias y de su ya conocido plan de seducción de cuadros políticos, carece de alcance nacional. Y la comparación de su gestión con respecto a la nacional la ubica en un plano más que razonable y merecidamente desfavorecido, además del choque entre dos formas de gobernar no opuestas, pero sí muy diferentes. La “desideología” amarilla contra la confrontación de ideas y poderes establecidos. La victimización mediática versus el accionar. El marketing político o la militancia.

Sin embargo, el ex presidente de Boca cuenta con el antecedente de la elección para la gobernación en la provincia de Santa Fe, donde el humorista Miguel Del Sel se llevó el segundo puesto con el 35 por ciento de los votos, más de diez puntos de diferencia con respecto al candidato kirchnerista Agustín Rossi. La opción del Midachi demuestra la política frívola y publicista del partido macrista, un mensaje que, sumada a la reelección de Macri en la ciudad, parece todavía calar en la sociedad.

En su libro El Príncipe, el filósofo político italiano Nicolás Maquiavelo plantea que no debe otorgarse poder a otro más que a uno mismo. Y que los Estados se ganan o por virtud o por fortuna.

El kirchnerismo supo resurgir de sus cenizas cuando la situación le fue totalmente adversa. Y a pesar de que sus márgenes de error y de aceptación pública están afectados –y con razón- por la tragedia de Once, Cristina Fernández todavía los mantiene. Del lado de enfrente y a contra teoría, otorgado el poder que implica la exposición y las críticas públicas, la fórmula de que el jefe porteño es la única opción contra el gobierno nacional comienza a tomar forma.

A falta de tres años, la mandataria nacional ya jugó y colocó a Mauricio Macri en una posición expectante como de suma presión. Y a la vez le ahorró algunos pasos en su táctica de alcance y conocimiento nacional. Ahora es el turno del líder PRO que, dada y simplificada la suerte de ser el nuevo rival, deberá mover por virtud o por fortuna.


Alejandro Caminos, 2012.

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