AMIGOS y FAMILIA, Palabras Sagradas

jueves, 28 de junio de 2012

Del mismo riñón

     "Cuando no hay oposición afuera, pronto se genera desde adentro", sentenció el juez de la Corte Suprema de Justicia Eugenio Zaffaroni, en el local de Madrid del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) el 23 de septiembre del año pasado. Y esta premisa hoy cobra fuerza.
     Más allá del contexto económico y social se sabe que en la política hay adversarios.Y el actual gobierno nacional tiene dos, pero de distintos alcances y tiempos.

Ruptura o como disputar poder
     Un refrán popular reza que no hay peor astilla que la del mismo palo. Y la referencia es a Hugo Moyano, quien supone un dolor de cabeza a corto y mediano plazo al kirchnerismo. Aliado del actual gobierno hace meses, ahora retruca y sale a marchar contra "la soberbia" de la mandataria Cristina Fernández, la misma a la que felicitó por el 54% de los votos obtenidos en los últimos comicios presidenciales, la misma a la que después comparó con Carlos Menem (quién es el ex presidente contra el cual el líder gremial luchó y hoy dicha posición le otorga sus réditos políticos).
     A menos de un mes de las elecciones en la Confederación General del Trabajo (CGT), Moyano sale a redoblar la apuesta y marchó hacia Plaza de Mayo en una clara muestra de fuerza y si se quiere de confrontación, pero el punto de ebullición va más allá de la quita del mínimo no imponible. Y es, primero, la negativa por parte de la Presidenta de la Nación de sumar al diputado nacional Héctor Recalde como Vicepresidente en la fórmula presidencial. En segundo término, la omisión del pedido del líder camionero de incluir referentes del sindicalismo en las listas de candidatos a diputados. Las consecuencias están a la vista: la denuncia penal firmada por el Ministro del Interior Florencio Randazzo hacia Hugo y Pablo Moyano por el paro de la semana pasada que llevaron en la rama de los combustibles.
Un dato para nada menor: en el 2011 la justicia sueca tomó la decisión de investigar al líder de la CGT por presunto lavado de dinero. Y él respondió con un paro nacional, que luego suspendió.
     Más allá de sus grandes chances de reelección en la central obrera, si se compara aquella medida de fuerza con la de ayer en Plaza de Mayo: ¿Moyano sigue teniendo el mismo alcance nacional? ¿Tendrá el mismo poder de adhesión? ¿O será que quedó algo aislado tanto en sus reclamos como en sus ambiciones?

Picado o como sumar poder
     El otro adversario es Daniel Scioli, quien dejó claras sus aspiraciones presidenciales de cara al 2015. El gobernador goza de muy buena imagen positiva. Y a pesar de ser parte del kircherismo como un importante aliado -obtuvo más del 50% de los votos en la provincia cuantitativamente más importante- se le pega a troche y moche.
     A saber: el Ministro de Planificación Julio De Vido sentenció en el programa televisivo 6, 7, 8 que el mandatario bonaerense "proclama lealtades que no se verifican". Más cerca de Scioli, su vicegobernador -o comisario político- Gabriel Mariotto dijo sentirse amargado por unos espacios "simbólicos"   y que no entiende algunas actitudes de acercamiento con algunos sectores que "le complican la vida a los argentinos".
     Es que ambos referentes no le perdonan a Scioli el hecho de que compartiera un partido de fútbol y la posterior fotografía con Hugo y Pablo Moyano, mientras el gobierno nacional mantiene una relación tensa con ellos. Sin embargo, no es la primera vez que el ex Vicepresidente de la Nación disputa un picado con un adversario político: en el punto álgido de la problemática por el traspaso del subte, el gobernador mantuvo un encuentro futbolístico con el Jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri.
¿Mensajes encubiertos bajo la suela de los botines de un tipo callado?
     Uno ya comunicó sus ambiciones de llevar a un sindicalista a la presidencia y tomó como ejemplo el proceso  que se dio en Brasil, con Lula Da Silva. El otro ya informó su deseo de sentarse en el sillón de Rivadavia, pero, tal vez, condicionado por el mito de la reforma constitucional. Uno de carácter confrontativo. El otro, sereno y callado.
     El filósofo político italiano Nicolás Maquiavelo, en su obra El Príncipe, habla de la importancia de generarse una oposición a fin de que, una vez vencida, brille con mayor altura la victoria y la grandeza. Y parece ser que el kirchnerismo ya los encontró, más allá de la ausencia mediática y política de Mauricio Macri. Y ambos son -o fueron- del mismo riñón.



Alejandro Caminos, 2012.

lunes, 5 de marzo de 2012

El rival

El del jueves fue, quizás, una de las piezas discursivas más importantes y logradas en la historia oratoria argentina. Sin embargo, la alocución llevada acabo por la presidenta Cristina Fernández –a quien, por amor u odio, no se le puede negar su capacidad de dicción- dejó un nuevo (o no) escenario político. Más allá de los temas abarcados, fue ella quien bosquejó cómo será el largo trecho hasta 2015, incluyendo a su propio antagonista: Mauricio Macri.


Prediscurso o la síntesis de una relación distante

No hay novedad alguna en cuanto a la relación tirante entre el gobierno nacional y el porteño. En más de una ocasión, Macri se refirió a la presidenta como “la señora”. En el 2010, durante el acto que se realizó en la sede de Repsol-YPF con motivo del descubrimiento de un nuevo yacimiento de petróleo en Neuquén, Cristina Fernández retrucó sus dichos al saludarlo: "para que no digan que la presidenta no lo saluda, que la señora de enfrente no lo saluda. La señora de enfrente lo saluda". Sin embargo, no es esta la única vez que se cruzaron: en febrero, la mandataria nacional se refirió al jefe porteño como un “vetador serial”, mientras que el Vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, lo llamó “Capitán Veto”, en alusión a una canción de Luis Alberto Spinetta y a los casi cien vetos que lleva el ex presidente de Boca Juniors en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Hoy en día, el ring es el traspaso del subte. El Jefe de Gobierno porteño no es capaz de cumplir con el convenio que rubricó junto al Ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, Julio de Vido, el 3 de enero, alegando que no puede hacerse cargo porque en la Constitución de la Ciudad se informa que él mismo no puede firmar ningún contrato sin la aprobación de la Legislatura. Entonces ¿por qué firmó el contrato en el primer mes de este año? Si uno de los ejes del traspaso es la seguridad ¿a dónde se destinan los aportes de los porteños para la tan conocida y mediatizada Policía Metropolitana, que no puede hacerse cargo de la custodia del medio de trasporte público? Mucho ruido y pocas nueces para esta fuerza policial que tanta polémica generó, como por ejemplo, en la designación de Jorge “Fino” Palacios como su jefe, hoy procesado en la causa por espionaje y escuchas ilegales.


Postdiscurso o como inflar al adversario

Sumados todos los hechos anteriores, y tomando como referencia la alocución del viernes pasado, Cristina Fernández terminó por plantar y plantear que Mauricio Macri será su nuevo adversario de cara al 2015, al darle tanta relevancia e importancia en su discurso. Es el poder de centrarlo en su atención inmediata como el nuevo rival. Algo que, tal vez, ni el propio jefe porteño se esperaba.

Pero dicha estrategia contiene una carta bajo la manga: la protección propia. El juez Eugenio Zaffaroni sentenció que “cuando no hay oposición afuera, se genera desde adentro”. ¿No es más recomendable tener –o mostrar- visiblemente al rival de turno del lado de enfrente y así tratar puertas adentro cualquier indicio de ruptura, queja o alerta por parte de los propios? ¿Y si no hay rival, no es conveniente crearlo o, en su defecto, inflarlo? ¿Hay peor enemigo que uno mismo?

A la presidenta le conviene –y mucho- que su antagonista sea justamente Mauricio Macri por dos motivos: el líder del PRO, a pesar de su avanzada por distintas provincias y de su ya conocido plan de seducción de cuadros políticos, carece de alcance nacional. Y la comparación de su gestión con respecto a la nacional la ubica en un plano más que razonable y merecidamente desfavorecido, además del choque entre dos formas de gobernar no opuestas, pero sí muy diferentes. La “desideología” amarilla contra la confrontación de ideas y poderes establecidos. La victimización mediática versus el accionar. El marketing político o la militancia.

Sin embargo, el ex presidente de Boca cuenta con el antecedente de la elección para la gobernación en la provincia de Santa Fe, donde el humorista Miguel Del Sel se llevó el segundo puesto con el 35 por ciento de los votos, más de diez puntos de diferencia con respecto al candidato kirchnerista Agustín Rossi. La opción del Midachi demuestra la política frívola y publicista del partido macrista, un mensaje que, sumada a la reelección de Macri en la ciudad, parece todavía calar en la sociedad.

En su libro El Príncipe, el filósofo político italiano Nicolás Maquiavelo plantea que no debe otorgarse poder a otro más que a uno mismo. Y que los Estados se ganan o por virtud o por fortuna.

El kirchnerismo supo resurgir de sus cenizas cuando la situación le fue totalmente adversa. Y a pesar de que sus márgenes de error y de aceptación pública están afectados –y con razón- por la tragedia de Once, Cristina Fernández todavía los mantiene. Del lado de enfrente y a contra teoría, otorgado el poder que implica la exposición y las críticas públicas, la fórmula de que el jefe porteño es la única opción contra el gobierno nacional comienza a tomar forma.

A falta de tres años, la mandataria nacional ya jugó y colocó a Mauricio Macri en una posición expectante como de suma presión. Y a la vez le ahorró algunos pasos en su táctica de alcance y conocimiento nacional. Ahora es el turno del líder PRO que, dada y simplificada la suerte de ser el nuevo rival, deberá mover por virtud o por fortuna.


Alejandro Caminos, 2012.