La que pasó fue una semana ardiente en cuanto a sentires y calenturas, eso es más que obvio, pero el problema no fue aquella columna que publicó el músico Fito Páez en la contratapa del diario Página 12 el martes pasado, sino los personajes que aparecieron para colgarse de una catarsis carente de peso político. Y, sobre todo, de la pobreza argumental como intelectual de estos.
A modo de recuerdo: el artista rosarino sentenció -y vaya que si lo hizo- que le "da asco la mitad de Buenos Aires", la cual tiene "gente con ideas para pocos. Gente egoísta. Gente sin swing". Como bien indicó el periodista Eduardo Aliverti en su columna de ayer en el mismo diario, dijo que "esta es la misma ciudad que derrotó a Domingo Cavallo, esta es la misma ciudad que entrega oferta cultural, en el más amplio sentido del término, de escaso parangón mundial. Es la ciudad de la carpa blanca docente, la ciudad que tiene periodismo sin discurso único, la ciudad del debate. Es todo eso tanto como la sede gorila histórica, del centro financiero del garcaje, la pornografía de las desigualdades sociales", a modo de hacer un contraste eficaz.
Sin embargo, los aullidos de la vereda de enfrente no se hicieron esperar: el empresario colombiano devenido en político Francisco De Narváez opinó que "las declaraciones no le hacen bien a él ni a quien las escucha". La pregunta, como el comentario del ex dueño de Casa Tía, tampoco sabe de esperas: ¿Qué tan bien nos hace oír que "Kirchner prefirió morir antes que perder una elección"?
Si hablamos de empresarios con su nuevo papel de políticos, Mauricio Macri no puede quedarse atrás, quien dijo: "Me gustaría saber de que manera lo puedo ayudar con lo que le está pasando", en refencia a Páez. El interrogante, a modo de cara contra ceca, sería en como se lo podría ayudar a él para, mínimamente, mantener su discurso. En cómo él, que tanto ruega por el final de la confrontación y el supuesto odio entre los argentinos, se vea desnudo a flor de piel vociferando que la Argentina sufre una "inmigración descontrolada" y que "vamos a entrar en el tren (presidencial) así tengamos que tirar a Kirchner por la ventana" -sin contar en como su Jefe de Gabinete porteño calificó de "chavistas" a los alumnos que tomaron sus colegios en pedido de reformas edilicias-.
Y como si se tratara de un programejo de espectáculos con muy malos libretos, se lo acusó al músico de "fascista". ¿No es totalmente fascista soñar con un "golpe de estado técnico" en un programa televisivo y en vivo? ¿Es real y asquerosamente facho promover la idea de colocar bombas en las bolsas de basura para que los cartoneros, al abrirlas, tengan los sesos esparcidos por la calle y su nombre en un acta de defunción? ¿Y la UCEP que carajo es?
¿Qué les pasa a ustedes, porteños? ¿Acaso se escandalizaron por los dichos del Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa declaró que los argentinos "han querido vivir bajo dictaduras" y "ser pobres"? ¿Semejante galardón le permite tomarnos el pelo?
Para tener sentido crítico hace falta dejar de lado la memoria selectiva.
El problema no fue la catarsis hecha escrito de Fito Páez -quien, luego de una ducha fría y con la mente clara, podría aclararse que el término "asco" no era el adecuado-, sino en los modos. ¿No es este rejunte de oposiciones políticas que antes de quejarse por esas palabras lloraba por una libertad de expresión? ¿No serán ellos igual o más arbitrarios y autoritarios que Cristina Fernández de Kirchner al pedirle al músico que pida disculpas públicas por una simple y válida opinión personal publicada en un medio? ¿Acaso quieren tomarnos por boludos?
Afuera quedan los resultados electorales, las especulaciones con sus números. La cosa es que no nos comamos todo lo que nos vendan, sea de una esquina o dea la otra. Que no extendamos la mano para agarrar eso de "Fito K", que cobró tanta plata por recitales en actos oficialistas, cuando uno sabe bien que su trabajo es la música y cobrar por laburo sería lo correcto. ¿O él sería tan o más kirchnerista declarado si tocara totalmente gratis?
Todavía no sabemos como será el resultado del balotaje entre Macri y Filmus, como así también ignoramos que el golpe de efecto que pueda tener sobre la imagen de la presidenta. Pero lo que si sabemos es que no deben ni debemos dejar que nos tomen por boludos.
Y, a modo de quien suscribe, todavía se que, a una semana de la publicación, sea del partido que sea, en esta ciudad de pobres corazones, banco a Fito Páez.
Alejandro Caminos
(Editorial leída al aire el 19 de julio del 2011 en el programa radial Todavía no sabemos, por Radio Libre FM 99.3).
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